La reserva arqueológica no alcanza
Taifí del Valle en la provincia de Tucumán, ha sido favorecido con la presencia de los menhires en su territorio. Estos monumentos prehistóricos que se presumen construidos entre el 300 a.c. y el 800 de la era actual, son mega bloques de piedra que en algunos casos alcanzan más de 3 metros de altura, los grabados con motivos humanos, animales y figuras meramente geométricas que se encuentran en algunas de sus caras, remiten según los expertos en el tema a creencias religiosas así como a ceremoniales domésticos de fertilidad.
Estos menhires estaban dispersos a lo largo de los valles Calchaquíes sin ningún orden comprensible para el pensamiento contemporáneo. Como no se pudo determinar la pertenencia exacta a un grupo de los varios que habitaron la zona, se los englobó a todos con el nombre de Cultura Tafí. Gobiernos de turno que en algún momento consideraron importante ordenarlos y los colocaron en fila en la ruta, para ser apreciados en la concepción de espectáculo. Cuando estos monolitos aparecieron en museos de otros países, comenzó una toma de conciencia acerca de su valor cultural, sumado a esto el deterioro que presentaban algunos de los que quedaban destruidos total o parcialmente por el hombre, se decidió buscar una solución.
Se resolvió ubicarlos todos juntos en un parque cercado y protegido, así se crea esta Reserva Arqueológica de los Menhires en el Mollar en 1968, el parque de los Menhires, como se lo conoce en el lugar. Por eso la creencia que al llegar a Tafí lo más destacado será la visita al parque o por lo menos la convocatoria a hacerlo dada sus características culturales e históricas, se presenta con mucha fuerza, sin embargo esto se diluye de inmediato, la invitación que se hace desde su sitio web y su información no se ve reflejada en la dinámica de la ciudad. Las empresas turísticas en su mayoría no la cuentan como parada de interés en su city tour. El Mollar, donde se encuentra asentada la reserva, brilla por ser una ciudad con una activa vida nocturna para la juventud, y por su dique La Angostura con la pesca de truchas, pejerreyes, y deportes náuticos varios, pero a pesar de estar muy cerca no se llega hasta allí.
Si existe un interés previo del visitante debe conseguir un auto particular de alquiler, acordar el viaje con el chofer y compartir el relato que hará sobre las características de la zona con sus anécdotas.
Cuando se arriba al sitio, el grupo de guías que dependen de la Universidad Nacional de Tucumán, auspiciante del parque, atiende e informa de manera muy cordial. El costo de la entrada es de $ 5, no cuentan con ningún material gráfico, llámese catálogo o un mínimo resumen de una página. Si bien en su recorrido los carteles refuerzan la explicación de las guías, un recuerdo del paso por allí más allá del comprobante del bono contribución, no estaría de más.
La sensación de que Tafí aún no sabe que hacer o como hacer con los menhires se siente aquí aún más. María, la guía, cuenta que después de nuevos estudios, los arqueólogos y antropólogos han llegado a la conclusión que los próximos monumentos que se encuentren serán dejados en su lugar de origen, ya que el significado está en la propia posición y que no debe alterarse. Esto remite al momento del traslado a la reserva en 1977, cuando se los ubicó de acuerdo a criterios que nada tenían que ver con la orientación que le habían dado los aborígenes a algunos de ellos, la cara grabada se orientaba hacia el este, hacia el dios Sol. Esa cosmología, la relación del hombre con la naturaleza no fue comprendida por el hombre moderno, seguramente no fueron convocados en ese momento los expertos de la Universidad para asesorar a los encargados de realizar la tareas. Es quizás una muestra más de las decisiones que se toman por conveniencias políticas o demagógicas y no en atención a un verdadero proyecto cultural.
Una vista interna de la Reserva.
En este marco imponente de los valles, rodeados de una cultura milenaria surgen algunas preguntas,¿ quien es responsable por esta falta de una verdadera difusión que tome cuerpo en la gente? ¿la Secretaría de Cultura, la Secretaría de Turismo de Tucumán, la Universidad de Tucumán o todos juntos? Saber dimensionar el valor patrimonial e histórico de un pueblo es de una gran responsabilidad cívica, la educación cumple otro rol importante, tal vez el día de nuestra visita , ese grupo de niños de una colonia de verano local fueron llevados por alguna maestra con una inquietud personal más allá del programa del Ministerio de Educación.
No había micros llenos de turistas que taparan la puerta de acceso, era un hermoso día soleado, el valle de fondo, las caras de los menhires no se orientaban hacia la salida del sol, como lo había decidido la cultura Tafí , pero igual eran inundados por su luz . Ahí enclavados parecen esperar que Tafí del Valle despierte y los descubra, que se entere de su real presencia y comprenda por qué fueron deseados por otros continentes, y que se enorgullezca y los valore en su real esencia.
La decisión debe ser tomada, si el montaje es de espectáculo moderno, que sea una verdadera construcción del acontecimiento, y se lo convierta en parque temático con todos los beneficios que le traería a la provincia. Si la idea es mantener solo la investigación científica que también se asignen los recursos para ello. La ambivalencia no ayuda, así se corre el riesgo del silencio y el olvido.
L F
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lunes, 2 de abril de 2012
ESPACIO FÍSICO
HOLA A TODOS, EN UN TIEMPO QUE ESPERAMOS NO SEA MUY LEJANO, SIEMPREHAYARTE TENDRÁ SU ESPACIO FÍSICO APARTE DEL VIRTUAL. ESTAMOS TRABAJANDO EN ESO Y EN NUEVAS IDEAS PARA PUBLICAR, GRACIAS!!!!
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