lunes, 20 de agosto de 2012

CARPANI....SIEMPRE CARPANI...

¿Que esperamos ver cuando vamos a mirar arte? ¿Cuando vamos a una muestra de pintura? ¿Y cuando el artista es consagrado y ya no está? Queremos recuperarlo en cada una de sus imágenes, comprobar que sigue presente y  que no se ha ido para siempre. Ese es el primer sentimiento ante la obra de Carpani que se expone en el Museo Evita hasta el 31 de este mes.

La impecable técnica que domina sobre todo del dibujo sigue impactando y conmoviendo, artista de la tradición clásica cuasi renacentista por momentos, a pesar de sus temas sociales y comprometidos. La luz y la sombra en sus manos adquieren caracter de contundencia. La línea apenas perceptible en un fondo neutro delinea la figura en forma clara y provoca la envidia de cualquier operador de los programas de diseño actuales de retocado de la imagen.

Así era Carpani, diáfano con sus ideas que se traslucían en sus pinturas, las de los 90 cuando vuelve a la Argentina, tras el tema del tango y la jungla urbana que el presiente en su vuelta mantienen el estilo intacto con el color al servicio del dibujo. Porque él nunca dejó de dibujar, ese era su sello. Tan potente con su fuerza creadora hasta en esta exposición pequeña pero abarcativa de sus épocas, su figura se agiganta.
Bien merecería un reconocimiento en el Bellas Artes de Buenos Aires con una retrospectiva como lo han hecho con otros grandes. Claro, es verdad que su deseo siempre fue el de una circulación reducida y en determinados ámbitos donde sintiera la  identificación, pero ya es hora de rescatarlo de su humildad y presentarlo al gran público. Simplemente hay que verlo, lo demás surge solo.



                                                                                                                                   
                L F


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